miércoles, 27 de diciembre de 2006

NÁUFRAGO


Tom Hanks es muy buen actor pero no es un auténtico naúfrago. Los auténticos naúfragos son los que se ven con el agua al cuello en su día a día. Son esas personas que lo dejan todo porque su todo es la nada. Arriesgan su vida adentrándose en el inmenso océano siguiendo una estrella que lleva al norte.
Durante este año que está a punto de finalizar 31.000 inmigrantes han llegado a las costas canarias a bordo de los renombrados cayucos. ¡31.000! Parece increíble pero es cierto.
Y hablamos de inmigrantes como si fuera algo extraño; algo de lo que hablan los periódicos y las televisiones y que poco tiene que ver con nosotros. Y, señores, son seres humanos como nosotros. Lo único que nos separa es la mala suerte de haber nacido en países pobres como Mauritania, Senegal o Guinea.
Y lo peor de todo esto son los restos del naufragio, es decir, los que no están dentro de esos 31.000 y querían haber estado. Descansarán en el fondo del mar esperando esa oportunidad en forma de playa que nunca alcanzaron. De ellos sólo quedará el recuerdo de su valentía.


Esta foto publicada en elpais.es me ha impresionado. ¿Qué habrán visto estos ojos?, ¿cómo una mirada puede tener tanta profundidad como el mar?, ¿cuánto miedo y tristeza caben en los ojos de una persona?, y, ¿qué secreto esconde esta mirada que le hace a su dueño afrontar un futuro tan incierto con tanto valor y caraje?. Con miradas así uno se queda sin palabras.

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