OBJETIVO BIRMANIA

Tarde de boda. Amiga mía desde hace 8 años, Sara se nos casó con su Josepe el pasado día 30 de Abril. Han pasado dos semanas y aún me parece increíble lo emocionante que es ver a una amiga casarse con la persona a la que quiere.
La boda fue genial. Una ceremonia sencilla y llena de música. Aunque parezca difícil con casi 400 invitados, fue una celebración íntima y acogedora.










Al ver a la novia entrar del brazo de su padre (Ned Flanders para los amigos) me dio un vuelco el corazón. En un instante vi a mi compañera de la facultad convertida en una mujer. Su sencillez y dulzura seguían siendo las de siempre… pero había crecido de repente y estaba muy guapa. La Iglesia era preciosa y nos cubrió de la tímida lluvia que nos acompañó hasta llegar al convite.
Allí los novios esperaban a los invitados que fuimos recibidos con besos, abrazos y música entonada por una banda asturiana en vivo y en directo. Impresionante.










La noche comenzó con un cocktail del que hay que destacar unas tartaletas maravillosas y un ambiente sin igual. Continúo en el salón donde cenamos como príncipes en la mesa iluminada por la luna casi llena y nombrada “el pito”, en homenaje a María Pitita Ridruejo de Povedilla y Granada.

Sobre las doce, las cenicientas lucieron sus elegantes zapatos y comenzó el baile que se extendió hasta las 5 de la mañana. Cachondeo, baile, cante y copichuelas por doquier. Sonaron himnos como “numeración - pavo real” de El Puma, “Ma ma ma ma ma María”, “Mil campanas suenan en mi corazón” o “miénteme” de Bisbal y Elena Gadel con la que Pito se desgañitó como podéis ver en una de estas instantáneas. Víctor Manuel fue el encargado de echar el cierre rodeando con sus estrofas, junto a todos los invitados, a los recién casados. Fue un bonito fin de fiesta.

La verdad es que nos lo pasamos de fábula. Me reí mucho con ETT con la que me hizo mucha ilusión reencontrarme.

La Jarmu y la Rociela lo dieron todo en la pista de baile, Pitita y África desaparecían cada diez minutos pero también se entregaron a la causa como Patricia y yo que nos lo pasamos bomba.

Y hablando de bombas, he recordado porqué he titulado la boda de Sara con la bélica película “Objetivo Birmania”. Por un lado porque los amigos de mis amigas son mis amigos (¡Vivan Concha Cuetos y Aitana Sánchez Gijón!) y porque los novios se iban de luna de miel a Birmania.

Ya habrán regresado y se habrán dado cuenta de lo mucho que les queremos sus amigos y de lo mucho que disfrutamos viendo como se casaban uniendo sus caminos en la riqueza y en la pobreza, en la tristeza y en la alegría hasta que… bueno, estoy seguro de que nunca nada les separará.

Enhorabuena Sarandonga. Espero que junto a tu amor seas todo lo feliz que te mereces.