viernes, 18 de agosto de 2006

LA TERMINAL


Me voy de vacaciones. Una semana para olvidar todas las inseguridades, amenazas y tensiones. La chicuelina y yo nos vamos a la playita a descansar, tomar el sol y salir de marcha. En Ibiza nos esperan los cuñaos, las populares fiestas de Celestino, Pocholo y Kylie Minogue. El otro día leí que ésta última se hospeda en un falso hotel de 2 estrellas que en realidad es de lujo. En el artículo se decía que muchos famosotes aprovechan este hotel y otros similares para pasar desapercibidos. La cantante y hada verde de Moulin rouge supongo que lo conseguirá porque debe ser discreta, muy poquita cosa y no debe llamar la atención... pero si esto mismo lo intenta la Obregón sería otro tema. La Kylie cae bien a todo el mundo, ¿verdad?. No conozco a nadie a quien le caiga mal. La tía tiene fuerza y ha demostrado que el cáncer no tiene porque ser una enfermedad terminal. El otro día salió en la tele y está estupenda después de superar uno de mama. Si la veo en la playa le planto un par de besos y le canto y le bailo su la la la la, la la la la la.... así, con movimientos de robot.... me veo, me veo...

Bueno a lo que iba, que nos vamos de vacaciones para olvidar la rutina y los malos humos de Madrid. Cogemos un avión a las 6 de la mañana, atención, CHAN CHAN, en la terminal 4. Sí, la famosa y temida terminal 4. Tengo miedo. ¿Llegaremos a ella?, ¿nos perderemos en su interior?, ¿sabremos llegar a la puerta de embarque correcta?. Se ha hablado tanto sobre este maléfico edificio que no me da buen rollo salir de allí. Tanta leyenda urbana sobre su desastrosa organización no puede traer nada bueno. Pero bueno, no nos vamos a amargar por esto. Ya tenemos bastante con la clavada del billete y con lo que nos dejamos aquí, sobre todo mi trabajo; ése sí que está en fase terminal.

Qué bien sienta coger un avión y desaparecer. Y luego a la tranquilidad del pueblo. Seguramente vayamos Robledo que está en fiestas... aunque bueno estando de fiestas no sé yo si habrá mucha tranquilidad.
Una semanita de playa y montaña que disfrutaremos al máximo.
O por lo menos lo intentaremos, como siempre. Hasta la vuelta.



PD: Habréis podido ver que he incluido una foto de Catherine Z. Jones. Eso sí que ha estado a punto de dejarme en fase terminal. Los que me conocéis bien sabéis que no es mi actriz favorita precisamente. No la aguanto. La odio. Es de esas personas que te caen mal y no sabes porqué, pero te caen mal. Hay que admitir que actúa muy bien y que, en esta foto al menos, esta muy guapa la jodía.. En Chicago se sale y por ella le otorgaron un óscar más que merecido. Y en Traffic, no digo nada. En esa peli sí que estuvo brillante con su tripón de 8 meses y su mirada siempre intrigante. Pero, lo siento, no puedo con ella. Incluir su foto ha sido un gran esfuerzo para mi... pero todo sea por vosotros, mi fiel, respetado, inteligente, maravilloso y admirado público. Arriba el peloteo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo he estado dos o tres veces en la terminal 4, cuano conoces la T4, tienes la sensación de que está muy lejos, que te vas a perder y al final el avión ya ha despegado.
Pero cuando llegas, ni está tan lejos, es difícil perderte y llegas a la puerta de embarque siguiendo las indicaciones. Tienes la sensación de muy profunda, pero si vive en tí la ilusión del viaje que vas a inciar, te sientes muy bien.