Su color varía con la luz del día; por las mañanas, cuando más guapa está, tiene un tono azul como el cielo, pero cuando atardece su delicado azul se va tornando en un verde mar que realza más su dulzura y encanto. Mi magnolia es tierna y mimosa aunque se ponga un caparazón para protegerse. Cuando logras traspasarlo, puedes ver que mi flor favorita tiene un corazón grande y comprensivo que por amor es capaz de hacer cualquier cosa. Sus pétalos lloran con facilidad pero a la hora de la verdad es fuerte y tenaz. Es eficiente y eficaz en todo lo que hace. Necesita cada día sus gotitas de amor porque sino las recibe se marchita. Sabe dedicarle a cada cosa su tiempo justo; cuando se tiene que mover se mueve y cuando toca ser perezosa es la más perezosa. A veces es alocada pero nunca olvida su madurez y moderación. Mi magnolia azul y verde es artista, muy detallista y para mi jardín es perfecta. Cuando luce más hermosa es en primavera y en otoño.
Nada más nacer, a mi magnolia se le cayeron dos pétalos y de ellos nacieron por sorpresa otras dos magnolias que dieron aún más color a mi jardín.
Mi segunda magnolia es de un color blanco casi transparente que refleja su paciencia, prudencia, bondad y sabiduría. Es la constancia en estado puro y nunca deja para mañana lo que pueda hacer hoy. En mi magnolia blanca se apoya todo el mundo pero su tallo nunca se dobla. Si algún día lo hiciera sabe que mis otras dos magnolias harían cualquier cosa por ella. Mi magnolia blanca florece en invierno.
Mi tercera magnolia tiene unos pétalos amarillos que llaman la atención a todo el que pasa por delante de mi jardín. Es una magnolia independiente y afectuosa. Es temperamental y se mueve según le dicte su instinto. Disfruta de lo que le ofrece la naturaleza y la vida; hace lo que quiere y lo que le apetece en todo momento. Mi magnolia amarilla no se calla nada y dice las cosas a la cara. Se come a bocados cada día y, siempre es hermosa, pero en verano está resplandeciente.
Mis tres magnolias son diferentes pero tienen algunos rasgos en común. Las tres son incansables a la hora de seguir aprendiendo y son muy trabajadoras. Les encanta hacer las cosas bien y no dejar nada a medias. Las tres son valientes y tienen carácter aunque sea de manera distinta. Saben lo que quieren y no se dejan doblegar por nada ni nadie.
Mis tres magnolias son bonitas y delicadas flores por separado, pero juntas se hacen tan fuertes como el acero. Para ellas lo más importante es cuidarse las unas a las otras y aunque a veces el viento haga que choquen, siempre han estado y siempre estarán unidas.
Yo, no tengáis ninguna duda, prometo regaros, cantaros y mimaros cada mañana porque espero que iluminéis mi jardín toda la vida.