Mi Amelie es como la torre Eiffel en diciembre; al principio la niebla hace que no se deje ver, pero si te fijas bien, ves lo preciosa que es de arriba a abajo, por dentro y por fuera. Tiene un firme forjado y una fuerte estructura. Y cuesta ver su interior, pero cuando lo consigues quedas maravillado.
Mi pequeña Amelie Poulan posee un carácter inquebrantable y tiene pequeños detalles que la hacen monumental. Tiene alma y manos de artista: pinta, esculpe y cose como nadie. A veces saca el genio pero la paciencia es una de sus principales virtudes. Y así lo demostró en nuestro último viaje aguantando las tonterías de su hombre lobo en París.
En la ciudad de la luz todo es diferente ya que su aire huele a romanticismo y estilo. Tomarse un café, caminar cogidos de la mano, coger un autobús o entrar en una tienda es distinto que en cualquier otro lugar. Y más aún si lo haces al lado de mi pequeña roja y verde Amelie. Lo lógico sería decir que siempre nos quedará París pero a mí siempre me quedarás tú en París. Feliz cumpleaños pequeña Amelie Poulan.
2 comentarios:
Muchas Felicidades Amelie,
Tienes mucha suerte de estar rodeada de gente que te quiere tanto,... entre los que lógicamente me incluyo.
Un beso muy fuerte PATRICINA.
FELIZ CUMPLEAÑOS!!
Estoy convencido que lo que dices es lo que sientes. Paris te ha ayudado a plasmar
L'amour, ou l'amour, qui beau est l'amour
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