El día 7 de abril, en medio de una Semana Santa playera pero pasada por agua, cumplió 81 años mi abuelo Luis, Luisito para sus amigos y sus nietos. Comimos en Alicante a pie de playa y nos dimos un paseito por el puerto que sentó la mar de bien. Por una vez en mucho tiempo cuando me despedí de Luisito me sonrió y no se echó a llorar. Son esas pequeñas cosas, como ver sonreir a Luisito a pesar de todo lo que hace de la vida una dolce vita.Mi abuelo siempre ha sido un chulapo sin remedio. Un Marcelo Matroiani con carácter, mala uva y mucho rollo. Luisito siempre tiene algo que contar. Tal vez nunca le dio la mano a Manolete, ni fue el primer español que cruzó la frontera belga tras la guerra. A lo mejor no vio a Louis Armstrong saliendo de una discográfica de Madrid ni dijo “arrea, Cary Grant” cuando vio al mítico actor. O tal vez sí.
Lo importante es que tanto estas como otras mil cosas que nos ha contado han formado parte de su vida y formarán parte de la nuestra siempre porque hemos crecido con ellas. Chofer, golfista, trabajador, padre y abuelo, Luisito siempre ha sido un libro abierto. Algunas veces de fácil lectura. Otras veces de difícil e incluso de imposible. Pero siempre está abierto para leerlo y ver sus fotos en blanco y negro. Si algún 7 de abril no puedo ir a Alicante a celebrar el cumpleaños de Luisito, hablaré con él y le
diré que para celebrarlo mi hermano y yo iremos a la tasca a la que tantas veces nos llevó en lavapies para recordar lo mucho que disfruto cada vez que releo cualquier página de su libro. Ayer, hoy y siempre.
FELICIDADES LUISITO. Gracias por habernos enseñado tantas cosas.
2 comentarios:
Me ha encantado Cochineras.
Desde que nací, mi abuelo Luis y yo hemos tenido una relación muy especial. Por mi peculiar caracter, muy similar al suyo, hemos conectado de una forma muy profunda a la par que hemos chocado en innumerables ocasiones.
Últimamente cuando le pregunto que qué se cuenta, ya no me contesta "hasta diez" como siempre ha hecho.
Y eso es algo que me duele.
Pero bueno, a pesar de ello y de tener que estar postrado en una silla, sigue siendo el mismo cascarrabias, chuleta, vacilón y contador de historias que siempre ha sido y que tan buenos ratos nos ha hecho pasar.
Eso es lo que le hace tan grande bajo mi punto de vista. Consiguiendo que se mantenga viva en nosotros pese a la distancia la llama con la que nos ha iluminado durante años y años. Que incluso cuando él nos deje se mantendrá encendida en nuestro interior cual fuego eterno de un soldado desconocido.
Escribo estas lineas y leyendo tu comentario tengo una sensación extraña. Un nudo invade mi graganta y pasan por mi cabeza momentos inolvidables. Recuerdo sus cuentos de la mula francis, sus historias del golf, las bonitas interminables horas en las que arreglabamos el mundo con un destornillador roido en el garaje de su casa de Robledo, etc, etc. No sé, se me hace dificil pensar en "lo inevitable" viendo como cada día se acerca más a pasos agigantados.
Abuelo, muchas felicidades. Se que no eres la persona perfecta, y que en muchos caso sacas los pies del tiesto. Pero para mi, como refleja una de mis películas favoritas, tu eres uno de mis PECES GRANDES.
¿Historias reales o irreales?, ¡qué más dá!. Son leyendas al fin y al cabo, que como tal hacen grande a quienes las protagonizan. Y tú abuelo eres muy grande.
Eres mi BIG FISH.
Me he emocionado muchisimo con tus líneas.
VELESCO, ERES EL MEJOR.
FELICIDADES LUISITO.
Tu otra nieta
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