Alfred Hitchcock dijo: "El cine no es un trozo de vida, sino un pedazo de pastel".
El pasado día 21 mi trozo de vida fue un pedazo de pastel dulce, jugoso y delicioso. Un día al año somos los protagonistas absolutos de la película que comenzamos a escribir y rodar desde el día en que nacemos. Y la verdad es que sienta bien ser la estrella durante 24 horas; sobre todo si tienes la suerte de estar arropado y sentirte querido por los tuyos.
Nunca llegué a imaginar que podría celebrar mi cumpleaños en Villanueva del Pardillo; la vida es una caja de sorpresas y rodeado de mis compañeros que ya son amigos (Lola, Isa, Olga, Ana, Silvia, los Sergios y Nacho) escuché mi primer cumpleaños feliz y soplé mis primeras velas. Lo mejor fue la tarta que hizo Isa. Maravillosísima. No podría tener unos compañeros mejores. Al llegar a casa me quedé dormido rodeado de miles de regalos de Patricia. No sé exactamente en que momento dejé de estar despierto y empecé a soñar.
Pasé el día rodeado por la famila en la que fue la primera celebración multitudinaria en casa. Mis abuelos, mis padres, mis hermanos y tíos me acompañaron en una merendola que no estuvo nada mal. Hubo cumpleaños feliz, miles de regalitos chulos, sorbete de limón, una tarta estupenda preparada por la suegra y canciones de Paulina, Amaral y Julieta Venegas interpretadas por mis primas Elena y Cristina... ¡todo un lujo!.
Cuando se hizo de noche Patricia y yo nos quedamos solitos y no sé porqué se me pegó una de las canciones que cantaron mis primas:
"Sólo queda una vela
Encendida en medio de la tarta
Y se quiere consumir
Ya se van los invitados
Tú y yo nos miramos
Sin saber bien que decir
Nada que descubra lo que siento
Que este dia fue perfecto y parezco tan feliz...
...Quiero vivir, quiero gritar
Quiero sentir el universo sobre mi
Quiero correr en libertad
Quiero encontrar mi sitio"
Y sin duda mi sitio es áquel; rodeado de los míos y disfrutando más que nunca. Y sin duda mi 26º cumpleaños fue algo casi perfecto. Pero sin el casi.