miércoles, 21 de junio de 2006

LA FAMILIA Y UNO MÁS


Es ley de vida: después de una boda viene un bautizo. Éste es Alejandro y ayer, además de ser bautizado, cenó con sus padres, sus tíos, sus primos, sus abuelos, sus tíos abuelos y sus bisabuelos. Fue el bautizo de las 5. Y no me refiero a la hora sino a que nos juntamos cinco generaciones de la misma familia y, además, el chiquitín pudo estar con sus cinco bisabuelos. Menuda suerte.
La Patricina y yo llegamos tarde porque me perdí por Móstoles... siempre me pierdo. Cuando mi prima Belén se puso de parto fuimos a otro hospital. Nos dimos cuenta cuando mi madre nos dijo por teléfono que estaban en la tercera planta y el hospital en el que estábamos tenía sólo dos... ¡muy fuerrrrrte!
El domingo, para no perder las buenas costumbres, nos perdimos (valga la redundancia) y acabamos en otra iglesia. Tras preguntar a seis mil personas como llegar a la parroquia en cuestión y recorrer medio Móstoles llegamos a la presunta Iglesia en la que, por supuesto, no había ni Perry. No quiero recordar el chasco que nos llevamos cuando esperando encontrar en la puerta a toda la familia, vimos sólo a una barrendera medio yonqui que no sabía ni donde estaba ella. Le preguntamos al cura de la presunta (como dice Belén Esteban) y tampoco nos supo decir donde estaba la Iglesia. Cogimos otra vez el coche y justo antes de volvernos locos encontramos a una mujer enviada desde el cielo que nos dijo que la siguiéramos. No quiero ni pensar la cara de tolilis que nos debió de ver para ayudarnos de esa manera. La señora nos dejó en la puerta de la Iglesia y desapareció.Estimada amiga mostoleña: allá donde estés (seguramente en Móstoles) ¡MIL GRACIAS!
Dejando a un lado mi inexistente sentido de la orientación, repito que cinco generaciones de la misma familia nos sentamos a la mesa del convite. En ella nos reímos mucho e hicimos apuestas sobre cual será el próximo acontecimiento familiar; por unanimidad ganó la paternidad de los churros, o lo que es lo mismo, de mi hermano y Estefanía (¡hacedme tío Fandanguines!).
Nos inflamos a tortilla, jamón, calamares, queso, conejo, tarta... e hicimos mil brindis por Alejandro y para que esa mesa a la que estábamos sentados se haga cada vez más larga.
Lo que está claro es que grande o pequeña, toda la familia vamos a cuidar del pequeñajo y a estar a su lado para lo bueno y para lo malo. Al fin y al cabo para eso está la familia, ¿no?.
Sé muy feliz Alejandro.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola soy Alejandro, ante todo muchas gracias por dedicarme esta pagina, me ha gustado mucho.
Yo he empezado una nueva generacion.Al salir al mundo vi que tenia una gran familia la cual enseguida me arropo,arrullo,cogio,beso,me achucho..........
Se que ahora mismo soy el "Pequeño Principe" de esta gran familia de la cual me siento muy orgulloso y la quiero con locura.
Alejandro.R.R

Anónimo dijo...

Aprovecho este espacio que mi hermano Trinidad ha creado para felicitarle por el mismo.
Son muchos años los que llevamos juntos. Muchos años de tiras y aflojas. Muchos años de felicidad y desencuentros. Pocas aficiones compartidas, pero pese a eso, muchos sentimientos y aventuras a lo largo de los años vividas.
Risas, llantos, juegos, peleas… todo ello lo hemos experimentado, y aunque no me ha salido futbolero, que sin duda me hubiese gustado, sólo puedo decir, que como él ninguno, no habiendo persona tan buena en el mundo entero, como MI HERMANO EL REPORTERO.

Fdo: Chocolatada con los niños Peruanos

alguien que encontrará lo que busca dijo...

Chocolatada, eres un poeta.

No soy futbolero pero igualmente te quiero.
Eres el mejor hermano aunque a veces se te haya ido la mano.
A veces eres como un crio, pero como contigo con nadie me rio.
Viva pin!
Viva ese gran dúo magneto!
Uh!
Yeah!
Hello!
Colega!
Blu-blu-blu-blu...
ALL RIGHT!

Tiquití: eres muy grande