viernes, 13 de marzo de 2009

A CIEGAS

Así andamos todos últimamente. A ciegas. No podemos ver lo que nos tiene preparado el futuro. Un futuro incierto que promete ir a peor. El mundo está en crisis y sólo el tiempo parece tener la solución para que vuelva a girar con normalidad.

Los problemas laborales y económicos han traído a la calle agresividad, malos humos, egoísmo y tensión generalizada. Son malos tiempos para las sonrisas y por eso, para conservarla, debemos hacer caso de nuestras convicciones y no de las de los demás. No nos tenemos que dejar engañar por líderes, periódicos y radios afines a un lado o al otro de la crisis. No olvidemos que los malos tiempos traen malas intenciones y cuando esas intenciones son políticas, son peligrosas. ¿Por qué no se ponen de acuerdo en lugar de discutir sobre quien tiene la culpa de todo?.

Una bonita canción reza: “…es el momento de olvidar lo que nos separó y pensar en lo que nos une...”. Pero parece que en los despachos y parlamentos es más fuerte el rencor que la esperanza. Esperanza que debemos tener los que vivimos el día a día esperando ver algo de ilusión en el horizonte. Esperanza de poder volver a ver las vistas que iluminan nuestro camino. Mientras tanto, lo único que podemos hacer es seguir andando, sin parar, cogidos de la mano y palpando los obstáculos del camino para no tropezar y seguir andando.

Disfrutemos de los pequeños placeres que podamos permitirnos y mostremos una gran sonrisa por lo menos una vez al día. Porque, aunque sea entre las sombras, una sonrisa siempre se ve y se agradece.
Por cierto, esta noche pretendo ir al cine a ver la película que titula este lamento escrito en tiempos de crisis. Una película basada en una novela de Saramago dirigida por Fernando Meirelles y protagonizada por mi admirada Julianne Moore. Un placer que, de momento, me puedo permitir.

martes, 3 de marzo de 2009

CANTANDO BAJO LA LLUVIA

Por mucho que llueva al otro lado del cristal.
Por mucho que tarde la primavera en regalarnos su sonrisa.
Por muchos rayos y truenos que retumben en mis oídos.
Por mucho tiempo que permanezca el sol escondido detrás de las nubes que coronan nuestras cabezas.
Por muchos atascos que tenga que soportar.
Por muchas camisetas de manga corta que descansen en el cajón sin poder ser lucidas .
Por muchos que sean los pájaros de ciudad que se escondan y callen asustados por la tormenta.
Por mucho que tenga que caminar en contra del viento.
Por mucho que me moje, nunca pararé de cantar bajo la lluvia.
Tan tarara, tan tarararara, tan tarara, tan tarararara...